¿Es injusto el éxito?

Hoy observé una escena muy curiosa al ir en mi carro de regreso a casa; a mi lado izquierdo vi una moto con capacidad para dos pasajeros transportando cinco gentes, y a mi lado derecho, una camioneta 4x4 con capacidad para siete pasajeros transportando únicamente dos. ¿Es acaso esto una injusticia, un resultado de las desigualdades de la sociedad?, pues algunos podrían decir que esto, de hecho, si es el resultado de las desigualdades entre la clase trabajadora, de bajos recursos, y la clase burgués, que posee riquezas, grandes capitales y todas las comodidades que podrían desearse. Mientras que unos tienen que soportar el estar en peligro de ser accidentados en cualquier momento, otros van cómodamente con espacio de sobra y con la total seguridad de que en su trayecto todo va a salir bien.
En mi opinión, esto no es ninguna injusticia, sino una muestra de la diferencia entre personas que poseen bienes porque han sabido superarse, que han aprendido a manejar un negocio, a competir en el mercado, y otros que posiblemente están todavía en camino o bien, que no han sabido aprovechar sus bienes, o no han podido sobrevivir la competencia. Alguien exitoso, que probablemente empezó como esta familia, con bajos recursos tiene todo el derecho de aprovehar sus ganancias y de gozarlas, no por esto se tiene que compartir con alguien que posiblemente no tiene aspiraciones. No es injusto ser exitoso, lo que es injusto es que se piense que siempre tiene que haber igualdad en la sociedad, que no halla oportunidad de libre mercado, que el gobierno este interviniendo constantemente en el mercado y en el modo de producción y que constantemente se este tachando a las personas exitosas de capitalistas desinteresados por la sociedad.
Por esto, puedo decir que nadie tiene ningún derecho a juzgar el estado financiero de nadie o la condición en que vive (a menos que se tengan razones concretas y bien fundamentadas), supuestamente aquí en Guatemala se vive una sociedad libre, cada quién puede aprovechar lo que tiene como le plazca, sin necesidad de estar compartiendo, ni rindiendo cuentas a nadie.